viernes, 23 de marzo de 2012

Miradas sin escuchar

Muchos somos los que estamos en condiciones de decir que el día que nace tu primer hijo, sientes una sensacion difícil de explicar, es una sensacion nueva, distinta, alegre, exultante, eufórica, de responsabilidad, de orgullo, emocionante, en definitiva... de FELICIDAD!
Pero no es menos cierto que poco después empiezas a percibir efectos contrarios, muchas incertidumbres se agolpan justamente a orilla de las primeras percepciones. Estas ultimas básicamente son fruto de las dudas esenciales y características del ser humano y hacen referencia al futuro y a como vamos a educar y a ayudar a ese retoño el resto de nuestros días. En un primer instante tenemos claro que ese nuevo ser que ya llena de dicha, amor y satisfacción nuestro corazón, va a ser el referente en nuestras vidas -y deseándolo o no, nosotros seremos la referencia suya- y anhelamos un porvenir repleto de salud y éxitos que en ocasiones por haber creado grandes espectativas, los objetivos no son fáciles de conseguir. Y aunque la genética con frecuencia nos gasta malas pasadas, la falta de un manual de instrucciones claro y conciso de como actuar al frente de esa nueva faceta, origina que la educacion y la formacion de nuestros vástagos no sea siempre la mas adecuada, o cuando menos no sea la mas apropiada para la consecución de nuestros propósitos.
Todas las etapas en el crecimiento son complejas, pero es en la adolescencia cuando se forjan unos valores que juntamente a la formacion recibida hasta ese instante, marcaran claramente el devenir de sus días.
Es una etapa de grandes cambios -físicos, psiquicos, emocionales- y donde se perfila nuestra identidad y empezamos a hacer uso de nuestra autonomía.
Es entonces cuando progenitores y vástagos se pueden llegar a distanciar y en ese momento es cuando las preocupaciones y las dudas de los primeros, asaltan constantemente cuando las metas que se marcaron pueden estar en peligro.
Que hacer? como actuar para rectificar? o mejor dicho, para hacer rectificar?
La sensacion muchas veces es de fracaso, de no haber sabido educar y formar a ese hijo de la forma mas adecuada y cualquier ayuda es de agradecer, verdad Xavi?
La metáfora del Camino de Santiago, nos debe hacer reflexionar porque en ella hay un mensaje claro y evidente y hecho con buena voluntad.
Que cual es la metáfora del Camino de Santiago? eso lo dejo para otra ocasión.
Goma blanca de borrar negro.

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